“Me desperté pronto aquella mañana, con esa sensación de libertad que los empleados conocen bien, esa sensación de liberación, de descanso, de tranquilidad, de independencia. Abrí mi ventana. Hacía un tiempo admirable. El cielo completamente azul se extendía sobre laciudad, lleno de sol y de golondrinas.”
Maupassant, 1884
La familia de los hirundínidos, a la que pertenecen las golondrinas y los aviones, está compuesta por cerca de ochenta especies distribuidas por todos los continentes excepto la Antártida. Forman un grupo de pájaros esbeltos, de largas y puntiagudas alas, cola ahorquillada, cuello corto y pico muy corto y ancho bien adaptado a sus hábitos de caza aéreos. Su vuelo es ágil, ligero y lleno de gracia poética, cualidades que sin duda han impresionado a las personas sensibles y amantes de la naturaleza desde siempre.
En el continente europeo habitan cinco especies, de las cuales la más conocida y abundante sigue siendo la golondrina común, aunque el cambio en el comportamiento nidificante del avión común lo ha convertido en la especie más familiar para aquellos que vivimos en una ciudad. El avión zapador es un pájaro excepcional por su forma de construir nidos, ya que los hace al finalde un túnel que excava en taludes de ríos o graveras. El avión roquero es el menos conocido del grupo debido a que vive en paredes y cortados rocosos de difícil acceso. Finalmente, la golondrina dáurica es una recién llegada al continente, puesto que comenzó a colonizarlo a principios del pasado siglo. Todas ellas son comunes en la península Ibérica. No obstante, las poblaciones de la golondrina común y el avión zapador se encuentran en declive desde las últimas décadas del siglo xx. Las causas que han conducido a esta situación han sido diversas, pero detrás de ellas, una vez más, está la actividad humana: los cambios en las prácticas agrícolas y el abandono del medio rural, el uso masivo de insecticidas, la desertización del Sahel, la contaminación… Para preservar el futuro de estas especies es vital seguir de cerca sus poblaciones de manera que podamos anticiparnos a los peligros y tomar medidas de protección oportunas. Gomo siempre, el mejor principio es la divulgación de los conocimientos que sobre ellas disponemos para suscitar el interés y el respeto, tanto de los aficionados a las aves como del público en general. De ahí la importancia de este libro, que transmite al lector el amor y la preocupación de los autores por este grupo de aves sin renunciar al rigor y a la profundidad en sus exposiciones.
Maupassant, 1884
La familia de los hirundínidos, a la que pertenecen las golondrinas y los aviones, está compuesta por cerca de ochenta especies distribuidas por todos los continentes excepto la Antártida. Forman un grupo de pájaros esbeltos, de largas y puntiagudas alas, cola ahorquillada, cuello corto y pico muy corto y ancho bien adaptado a sus hábitos de caza aéreos. Su vuelo es ágil, ligero y lleno de gracia poética, cualidades que sin duda han impresionado a las personas sensibles y amantes de la naturaleza desde siempre.
En el continente europeo habitan cinco especies, de las cuales la más conocida y abundante sigue siendo la golondrina común, aunque el cambio en el comportamiento nidificante del avión común lo ha convertido en la especie más familiar para aquellos que vivimos en una ciudad. El avión zapador es un pájaro excepcional por su forma de construir nidos, ya que los hace al finalde un túnel que excava en taludes de ríos o graveras. El avión roquero es el menos conocido del grupo debido a que vive en paredes y cortados rocosos de difícil acceso. Finalmente, la golondrina dáurica es una recién llegada al continente, puesto que comenzó a colonizarlo a principios del pasado siglo. Todas ellas son comunes en la península Ibérica. No obstante, las poblaciones de la golondrina común y el avión zapador se encuentran en declive desde las últimas décadas del siglo xx. Las causas que han conducido a esta situación han sido diversas, pero detrás de ellas, una vez más, está la actividad humana: los cambios en las prácticas agrícolas y el abandono del medio rural, el uso masivo de insecticidas, la desertización del Sahel, la contaminación… Para preservar el futuro de estas especies es vital seguir de cerca sus poblaciones de manera que podamos anticiparnos a los peligros y tomar medidas de protección oportunas. Gomo siempre, el mejor principio es la divulgación de los conocimientos que sobre ellas disponemos para suscitar el interés y el respeto, tanto de los aficionados a las aves como del público en general. De ahí la importancia de este libro, que transmite al lector el amor y la preocupación de los autores por este grupo de aves sin renunciar al rigor y a la profundidad en sus exposiciones.
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