Sobre el LIBRO & el GRAFFITI

(extracto texto contratapa)


El Graffiti no es decoración, es subversivo. El Graffiti es acción simbólica, cultura popular, revuelta, improvisación, disensión (y no consenso), pura inspiración (y nada de método).Sus seguidores son atípicos, antisociales, feroces y precoses. Responden al calor de una cierta desmesura, buscando momentos excepcionales que transforman en sus proyectos de vida.

El Graffiti escapa a la domesticación social canonizada en rutinas dominicales. El Graffiti no confirma un cierto orden social, político o económico. El Graffiti no sirve a nadie. El Graffiti no es un símbolo de poder.

Dentro de las diversas manifestaciones que se suceden en la ciudad, (formales e informales) muchos arquitectos, ingenieros, gestores y políticos en nuestras ciudades deberían pedir perdón de rodillas en alguna plaza pública por crear y gestar tremendas moles de hormigón armado, diseñadas con ningún talento y sobre la base de una ominosa mediocridad, con las cuales deberemos convivir por muchos años. También debemos soportar la propaganda política en cada rincón con las caras de quienes no conocemos y mostrando una vez más ninguna originalidad y capacidad de diseño o mínima estética. En cambio, nos preocupamos de hacernos eco de reclamos y peroratas facilistas en contra de unos rayados o pinturas que apenas estarán algunas semanas sobre un muro, sin saber siquiera un ápice al respecto, criticando quizás sólo su ser informal.

Pero ¿Qué es el Graffiti? ¿Quiénes hacen estas pinturas que vemos todos los días en los muros de la ciudad? ¿Cómo se llaman? ¿Qué significan esas letras quebradas (si es que pueden llamarse letras) que siempre son protagonistas en sus pinturas murales?

(...)Este libro se define como un registro, pero también como una recopilación. Pocos son los que saben que los graffiteros o escritores hacen croquis, dibujos y un registro fotográfico de sus obras. Este libro reúne ese registro disperso en una cantidad enorme de álbumes fotográficos, croqueras y papeles guardados celosamente por quienes durante años han ejercido el conflictivo “arte” del Graffiti. Como tal, recopila más de 1000 fotografías, entrevistas, además de terminología y definiciones, mostrándonos lo más destacado del Graffiti Nacional.

Y es que si bien se mira, el Graffiti vivirá mientras la ciudad se haga de muros y exista desigualdad y disconformidad. Simplemente un día alguien queriendo decir algo dudará unos instantes acerca de la manera de hacer público lo que se propone decir y saldrá a la calle a pintar en un limpio muro blanco lo que quiere gritarle al mundo, y lo hará con desenfado y sin remordimientos, como si fuera su derecho.

Si acaso Usted no soporta ver rayados los muros de su casa, de su barrio o de sus monumentos, si piensa que los autores de estos rayados son delincuentes que debieran ser apresados, sepa que la pelea está perdida de antemano como cualquier pelea contra un enemigo invisible, al cual no se puede ver porque no es uno sino miles. Podemos decirle, sin embargo, que ahora está la opción de tratar de entender porque lo hacen, cuales son sus motivaciones, gustos y anhelos. Este libro no pretende legitimar al Graffiti frente a su mirada, porque iría en contra de su esencia, sino simplemente ofrecerle la información que estaba buscando y hasta ahora nunca pudo encontrar.